miércoles, 6 de mayo de 2009

Crónica

El origen del 1º de mayo

Día de la Clase Trabajadora

Desde 1889 el Congreso Obrero de la Segunda Internacional acordó que el 1º de mayo sería un día de lucha internacional, en homenaje a los Mártires de Chicago, asesinados tres años antes.

La jornada laboral de ocho horas

A finales del Siglo XIX una de las principales reivindicaciones de los sindicatos era la jornada de laboral de ocho horas.

El 17 de octubre de 1884 la Federación Estadounidense del Trabajo pactó que desde el 1º de mayo del año 86 la duración legal de la jornada de trabajo debía ser de ocho horas y en caso de no obtener respuesta a esta petición se lanzarían a huelga.

El incumplimiento del acuerdo provocó que el 1º de mayo de 1886, 200 mil trabajadores estadounidenses iniciaran la huelga.

En los tres días siguientes se dieron diferentes enfrentamientos con la policía local. El día 4 los sindicalistas se concentraron en la Plaza Haymarket , la manifestación fue disuelta con violencia por el gobierno, el saldo fatal fue de un muerto y varios heridos.

El gobierno tomo el incidente como excusa y capturó a 8 dirigentes del movimiento . En un juicio ilegal fueron declarados culpables, tres condenados a prisión y cinco a la horca.

Artículo

El poder real está en el pueblo

Cada primero de mayo miles de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo se toman las calles para celebrar el Día de la Clase Trabajadora, en homenaje a los mártires de Chicago (1886), asesinados cuando exigían las ocho horas laborales y otros derechos.


En El Salvador es el momento en el que sindicatos expresan su sentir ante las políticas represora del gobierno derechista y sobre la precaria situación socioeconómica.


En esta ocasión, la dinámica nacional plantea un escenario diferente, la llegada de un gobierno de izquierda genera expectativas de un cambio a favor del pueblo.


Sin embargo, que el FMLN haya llegado al ejecutivo, no garantiza que se tenga el poder suficiente para realizar las transformaciones necesarias, ya que los grandes empresarios y los grupos de poder político rechazan el cambio y pretenden mantener sus privilegios.


Es imprescindible que a una sola voz la clase trabajadora exija la construcción de un proyecto revolucionario en nuestro país y que acompañe las reformas necesarias que impulse el nuevo gobierno.

El poder real está en el pueblo, solo con la participación de la clase trabajadora lograremos construir una nación con justicia social.


¡QUE VIVA EL PRIMERO DE MAYO!